Llegó su hora. Adrián Colunga empieza a funcionar como un reloj, puntual en su cita con el gol. El segundo fichaje más caro en la historia del Recreativo no había respondido hasta ahora a las expectativas. Desde que se estrenase en Heliópolis a la media hora de debutar en Primera, el delantero asturiano fue apagándose hasta que 'se paró'. Pasó de titular a suplente de lujo y fue precisamente un sincero gesto de reivindicación el que acabaría por estimularlo. Colunga reclamó más minutos sobre el césped y Lucas Alcaraz 'le dio' cuerda: "Quien quiera más minutos, que se compre un reloj".
Lo que en apariencia fue un tirón de orejas despertó al ariete asturiano, que desde entonces ha asumido la responsabilidad y empezado a justificar con goles el desembolso que el club realizó por él.
"Estoy contento porque soy delantero y logré marcar, pero me quedo con el trabajo de mis compañeros, que me lo pusieron muy fácil", dijo el asturiano, quien quitó hierro al asunto del reloj argumentando que se malinterpretó la intención de sus palabras: "Se le dio demasiada importancia y no hay ningún problema con nuestro entrenador. Lucas es así, tiene siempre frases cómicas. Tengo que metalizarme de que lo que me dé el mister, sean diez minutos o todo el partido, lo tengo que aprovechar al máximo y hacerlo lo mejor posible sobre el terreno de juego".
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